Historia de la copa perfecta para champán
Clásica copa de flauta inglesa, hacia 1750, con largo cáliz de trompeta y con pie de espirales múltiples
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Estamos en época de fiestas y
celebraciones, es la temporada del año donde más se consumen espumantes, es por ello
que quiero compartir con ustedes la historia de la copa para Champán.
Se tienen indicios, de que la copa
para champán fue creada por el año 1663 por vidrieros venecianos, que trabajaron
en la factoría de Greenwich, que pertenecía al duque de Buckinghan. Era un recipiente de boca ancha y no tan alto, hasta ese momento no era muy atractiva visualmente, pero sí útil. El nombre
común en la época, para este recipiente de cristal fue el de tazza (copa), pero
el nombre pasó al olvido durante doscientos años.
Esta tazza de diseño
anglo-italiana, no fue ampliamente conocida en la sociedad inglesa moderna hasta
los inicios del comercio victoriano, que se vendió como coupe de champagne (copa de champán), y poco después en América. Su
lanzamiento a la fama se debió al notable éxito del champán rosado, cuyo
brillante espectáculo en estas copas de cristal
con forma de platillo contrastaba con la espuma blanca como la nieve, y
era tan seductor, que tanto el champán rosado como la copa se hicieron imprescindibles
en determinados círculos. Por otro lado, la copa de flauta
tiene un origen más antiguo, ya que data de la época galo- romana. Cerca a
Venecia, en la zona de Murano, los fabricantes elaboraron fastuosos modelos que
fueron muy populares.
En el siglo XVI se tuvo buena producción de copas y altas exportaciones,
como a los Países Bajos y a Inglaterra. Se tiene documentación que prueba que
en la Corte de Carlos II, un exiliado
llamado St-Evrémond, busco promover la copa de flauta como “la copa de moda”, y
lo logró, ya que la copa fue totalmente aceptada en Francia e Inglaterra para
el champán en el siglo XVIII.
Copa de porcelana de Sévres siglo XVII
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Una de las 2 copas del siglo XVIII de porcelana de Sévres que adornaron la lechería de la Reina en los jardines del castillo de Rambouillet, se ha puesto en entredicho la idea de que estos recipientes fueron modelados a partir de los pechos de Maria Antonieta, pero algo hay de cierto, como lo demuestra el pezón oscuro en la base del cuenco de la unica copa que ha sobrevivido, el concepto no era nuevo, ya que se ha encontrado un tipo de cerámica griega llamada Mastos, tiene forma de pecho de mujer y los romanos lo copiaron en cristal en el siglo IV.
Pero en la actualidad, a ningún
winelover se le ocurriría servirse en una copa ancha cualquier espumoso y mucho
menos un buen champán. La superficie de una copa de borde tan ancho, es desproporcionalmente grande para el volumen del vino, y eso propicia que las
burbujas se escapen y dejen al vino rápidamente sin efervescencia, mientras que
la apertura de su forma es incapaz de retener el buqué. La copa de flauta, más
alta, estrecha y elegante, es evidentemente superior en ambos aspectos, pero
incluso esta no resulta ideal, aunque algunos diseños son mejores que otros.
En el siglo XIX y a principios
del XX, los estilos tradicionales de copas de vino evolucionaron a partir de
una base regional, pero estas formas tenían principalmente el propósito de que
se reconocieran, de un modo muy parecido a lo que ocurrió con la evolución de
las formas de la botella de vino. Su idoneidad para los vinos no se
consideraba tan relevante como la
habilidad para distinguir en que copas había que servir el vino en la mesa.
Quiero citar el caso de Riedel,
que no solo ha vuelto a diseñar las copas para todas las regiones vinícolas
clásicas basándose en una idoneidad, sino que en muchos casos la firma ha llevado este concepto a su
conclusión lógica y ha diseñado copas para resaltar el estilo de la variedades
de uvas y los estilos individuales de los vinos.
Les dejo algunas muestras de
copas para champán de la época:
Copa flauta de cristal óptico soplado, de 42 cm de altura,
creada por Josef Riedel para los joyeros Jablonec,
y esmaltada en los talleres de Vinenz Pohl en Neuwelt, Bohemia, 1881.
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Copa flauta de cristal verde de 48 cm, creada por Josef Riedel para los
joyeros Jablonec, y producida en los talleres de crista Harrachov en
Neuwelt, Bohemia, 1893.
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